COVID-19 y Nefrología

COVID 19 AND NEPHROLOGY.
*Dr. Alejandro Treviño Becerra

Revista Oficial del Colegio de Nefrólogos de México AC. ABRIL – SEPTIEMBRE, 2020 VOL. 41 No. 2 y 3

A partir de Diciembre del 2019 el mundo nos estamos enfrentando a un nuevo agente patógeno, el SARS-Cov 2, de tremenda virulencia y contagiosidad, causante de la entidad denominada COVID-19. Es algo desconocido y de tal magnitud que el propio mundo ha tenido que atender situaciones extremas. Ha sido necesario y lo será cada vez más que se le destinen recursos prioritarios para su atención y que los tomadores de decisiones modifiquen sus proyectos previos para verterlos en la Pandemia COVID-19 con recursos económicos, humanos y tecnológicos, recurriendo a la
ciencia en la búsqueda del conocimiento y al “aplanamiento”, con decisiones políticas y financieras sin paralelo en la historia de la humanidad. La enfermedad COVID-19 tiene una letalidad del 5 al 10%, una larga agonía multisistémica y no hay por ahora tratamiento específico ni vacuna.

Ante la pandemia por COVID-19 señalo comentarios sobre algunos aspectos de la relación entre esta enfermedad y nuestra especialidad.

Tuve la oportunidad de revisar el borrador del documento del Colegio de Bioética sobre la aplicación de tratamientos restringidos referentes a los enfermos que podían requerir ventilador y no acceder a él, lo sustentan en dos malos ejemplos nefrológicos, 1) las máquinas de Hemodiálisis que se destinen a quien se decide, cuando hay necesidad de varios tratamientos y una sola máquina, situación que ya se ha superado ante la proliferación de unidades de hemodiálisis públicos y sobre todo privados. 2) otro mal ejemplo, sobre qué individuo va a recibir el trasplante renal, el Colegio de Bioética sugiere aplicarlo al más enfermo y no al enfermo preferente dentro de la lista de espera. Esos conceptos revelan la falta de conocimientos de otros médicos especialistas, profesionales y autoridades de salud, sobre los tratamientos de reemplazo y sustitución renal en la actualidad. Afortunadamente ese documento para justificar el “triage” que atenta a los derechos humanos no fue puesto en práctica.

Entre las comorbilidades de los enfermos que fallecieron por COVID-19, se encontró que padecieron insuficiencia renal crónica enlistada en 5º y 6º lugar; mismo sitio que ocupa como causa de muerte la IRC con COVID o sin COVID. En la actualidad se conoce la infiltración viral a varios tejidos, entre ellos los riñones, provocando daño renal manifestado por: proteinuria, hematuria y elevación de la creatinina como efecto de lesión tubular y de los podocitos, no se sabe ahora las secuelas a mediano y largo plazo que pueda tener esta podocito-tubulopatía y si es una nueva forma de enfermedad renal progresiva. Los pacientes urémicos en HD crónica tienen baja capacidad de respuesta inmunológica
y es poco factible que lleguen a la tercera fase de la enfermedad COVID-19 que es la tormenta inflamatoria severa y trastornos de la coagulación, que generalmente es la antesala a la muerte.

Sin embargo en las publicaciones completas de las series de COVID-19 en China, España, Italia e incluso algunos centros de nuestro país, si ocurrió una incidencia variable de insuficiencia renal aguda que requirieron de hemodiálisis prematura, hemofiltración e incluso plasmaféresis y poco porcentaje de pacientes recibió diálisis peritoneal por el concepto falso de que el líquido de diálisis abdominal iba a limitar la capacidad respiratoria ya limitada del enfermo.

La sobrevida y mortalidad de presentar COVID-19 con insuficiencia renal aguda es similar a la de los pacientes que por IRA de otras etiologías fallecen en las Unidades de terapias intensivas.

Los casos muy lamentables de nefrólogos y personal de unidades de HD que enfermaron y algunos murieron por COVID-19 nos sitúa en que la comunidad médica, otros médicos especialistas y medios de comunicación están poco enterados e interesados sobre la magnitud y complejo de la enfermedad renal crónica y de la insuficiencia renal crónica avanzada en México.

Las medidas preventivas para evitar el contagio por COVID-19 en las unidades de hemodiálisis fueron aplicadas como secuencia del esfuerzo de las guías y normas que desde hace más de 20 años se han puesto en práctica en las unidades para prevenir los contagios de hepatitis B, C y VIH. La Nefrología ha estado a la vanguardia sobre la práctica de medidas de higiene, protección y sanitización. Sin embargo ahora las precauciones implementadas fueron mayores sobre todo con el empleo de cubrebocas especializados, doble o triple guantes, caretas, equipos especiales de ropa clínica en batas y botas, así como sanitización frecuente de la unidad.

Una situación que se vive en algunas unidades de Diálisis es que existe personal con factores considerados de riesgo, quienes tienen que protegerse (mayores de 65 años, diabéticos e hipertensos) y no laborar e incluso otros enfermaron levemente por COVID-19 y tuvieron que guardar aislamiento, lo que produjo escases de personal y mayores cargas de trabajo para el personal activo que además en ocasiones tuvo que salir a las unidades de terapia intensiva a apoyar con los tratamientos substitutivos de hemodiálisis o de reemplazo renal continuo.

La Sociedad Europea de Diálisis Peritoneal junto con la Sociedad Internacional de Nefrología presentaron un “WEBINAR” sobre la aplicación de diálisis peritoneal en los pacientes con IRA y COVID-19 cuyos resultados fueron muy satisfactorios, estos conocimientos vienen a reforzar la utilidad práctica de la D.P.; como ya ha sido expuesto en otro tipo de contingencias, terremotos, inundaciones, cuando por falta de suministros de energía eléctrica y de agua, no es posible el funcionamiento de los tratamientos hemodialíticos y se recurra al apoyo de la diálisis peritoneal. Hay que insistir en que la D.P. es un recurso terapéutico muy útil accesible y práctico al que se le debe de dar más difusión y aplicación.

En muchas partes del mundo y nuestro país no podía ser la excepción, se organizaron los llamados Seminarios en línea conocidos como WEBINAR, nuestro Colegio de Nefrólogos organizo una serie muy educativa con los laboratorios AMGEN, ABBVIE FRESENIUS KABI, DESACAF, NIN y otros: Comunicación que son una gran ayuda para mantener la educación continua.

Diversas actividades académicas propias del Colegio, el Curso Anual de Nutrición en Enfermedades Renales, las sesiones bimestrales, las Reuniones Regionales y el propio Congreso Nacional de Nefrología se han pospuesto e incluso

cancelado, hay que encontrar el tiempo y el espacio para que se reprogramen, mientras tanto los eventos pospuestos oportunamente no generaron gastos y puede ser que incluso ahorros propios.

Con agrupamiento de nuestro Colegio de Nefrólogos, el Consejo Mexicano de Nefrología y el IMIN se inició el registro de pacientes que estando en hemodiálisis periódica se contagiaron de COVID, los resultados iniciales de un pequeño grupo de enfermos captados mostraron mayor mortalidad que los reportados por publicaciones de otros países, ante esta realidad había que identificar si esos enfermos nacionales tenían mayor niveles de azotemia, desnutrición y anemia.

El Colegio debe procurar fortalecerse en tiempos difíciles y en el devenir, estar preparado para las contingencias y como cuerpo colegiado hacer valer su presencia al Gobierno Federal, a las instituciones de Salud, a los grupos organizados de enfermos, a los medios de comunicación y a toda la sociedad. Pero también debe fortalecerse a su interior, con mayor membresía, con mayor actuación pública y un elemento fundamental para lograrlo es que tenemos esta revista médica con más de 40 años de publicación ininterrumpida, pero también tiene que modernizarse, fomentar la participación de sus socios para publicar, captar más trabajos, con ello llegar a más lectores y por lo mismo mayor número de patrocinadores; tiene que ser incluyente de todos los nefrólogos mexicanos pero exigente, tiene que ser prima voz de los nefrólogos de México en esta etapa de COVID-19 o sin ella y estar alerta para que en las próximas pandemias sea una voz científica, oportuna y reconocida. Como se puede comprender si hubo interacción entre COVI-19 y los nefrólogos.


SALDREMOS ADELANTE FORTALECIDOS.

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